miércoles, 25 de mayo de 2016

La metáfora de la distancia





Hablar sobre la distancia en estos tiempos parece haber perdido el énfasis antiguo, el anterior; aquél que favorecido quizás por un sistema de comunicación cuerpo-a-cuerpo, se veía, por otra parte dificultado ante las distancias más bien geográficas o tecnológicas.
Hoy no podríamos afirmar que la comunicación se ve afectada por esta "distancia", por ejemplo geográfica, porque como bien sabemos (y manejamos) la tecnología nos lo facilita y se burla de ésta, configurando la ilusión de una cercanía y una instantaneidad, que tiñe de efímeros los vericuetos de los kilómetros.
Ahora bien, gracias a ésto parece fácil pensar en la posibilidad de "dejar de estar lejos", de "sentirse cerca". La distancia en todo caso sería el espacio y el tiempo existente entre el dedo índice y el click izquierdo del mouse. Pero cuando la intención de eliminar esta distancia, trasciende lo meramente comunicacional para enredarse en el terreno de lo que podríamos llamar "amor","enamoramiento","afecto",etc; las bases y condiciones parecen cambiar.
Este enlace virtual parece volverse suicida y reclama un encuentro real, entonces aquella distancia disfrazada de Whatsapp, de Facebook, de Skype, de Youtube, se quita el velo y nos muestra su rostro más adulto, su antiguo rostro. Es entonces cuando la fábula desaparece y cuándo los kilómetros y las excusas se vuelven protagonistas. Y digo excusas, porque para mí la distancia es una metáfora, existe sólo a partir de la intensidad con la que uno desee, con la intensidad con la que uno ame; en el lugar de ésta aparecen los miedos, los pretextos, las excusas,etcétera. Quiero decir que la cercanía (geográfica por ejemplo) entre dos cuerpos no es directamente proporcional a la intensidad con la que se desee. Sino entonces: ¿Quién me explica por qué aquella pareja del bar solo intercambió palabras para preguntarse y responderse sobre la comida del menú? o ¿Quién se atreve a explicar cómo es que nos hace mas ruido la imágen de un niño sirio ahogado sobre la arena cerca de la ciudad de Bodrum, Turquía y no la de un adolescente Qom, muerto por desnutrición en el Chaco?.
Ésta idea de distancia muchas veces nos queda cómoda y me molesta mucho. Que la distancia importe pero no limite.

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